¿Os acordáis de aquellas semillas de lentejas que plantamos en una cáscara de huevo con un trocito de algodón?
Pues, estuvimos regándolas y cuidándolas durante unos cuantos días, poco a poco empezaron a crecer.
¡Qué guapas se pusieron!
Llegó el momento de trasplantarlas, las llevamos a casa para ponerlas en tierra y seguir cuidándolas.
Cual ha sido nuestra gran sorpresa, cuando hoy por la mañana, nuestro compañero Francisco, nos ha traído una foto de la planta de lentejas que ha estado cuidando durante todo este tiempo en casa.
¡Mirad cómo ha crecido!
¡Qué satisfecho estaba de su preciosa planta!
¡Gracias por enseñárnosla!
Toda la clase ha respondido con un estrepitoso aplauso.
¡¡¡Gracias, Francisco, por cuidarla tan bien!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario